Un análisis sobre la suspensión de la Barcelona World Race.

La suspensión de la Barcelona World Race 2018, no es una renuncia deportiva, es un fracaso de ciudad y de país. Puede parecer exagerado, pero seguramente es poco descriptivo de lo que realmente supone.

No estamos hablando de una prueba deportiva del calendario de Barcelona como se ha dicho. La BARCELONA WORLD RACE es singular. Es la única regata del mundo que lleva el nombre de una ciudad, de donde parte el último día del año, cada cuatro años y a donde los supervivientes regresan meses después.

Es para dos tripulantes, hombres y mujeres indistintamente, que manejan las auténticas ‘fórmulas uno’ de la vela, barcos de 18 metros de eslora, casi 6 de manga y con mástil de casi 30 metros de alto. Llegan a ser propulsados por el viento que recogen sus casi 600 m2 de velas. Es una prueba de navegación oceánica única en su concepción, vuelta al mundo, sin escalas y con dos tripulantes.

Y ello solo apto para deportistas de muy acreditada valía como navegantes y muy capacitados física y mentalmente. Y con ellos, los mejores diseñadores, ingenieros o arquitectos navales del mundo, especialistas en preparación física o mental, dietistas, expertos en logística, meteorólogos, estrategas de navegación, expertos en comunicaciones, en informática, en diversos materiales de última generación, comunicadores, periodistas, diseñadores de juegos de simulación, formadores y divulgadores, profesores universitarios, organizadores de eventos, realizadores de video, expertos en redes sociales…

Y empresas de náutica, patrocinadores diversos, acciones de publicidad, de marketing, hostelería, restauración, turismo, gestión de atención a visitantes…

Y no es todo, es mucho más, es situar a España en las grandes pruebas de navegación oceánica, dar oportunidades a nuestros navegantes de gran capacidad y talento, promover nuevos valores.

Talento en múltiples facetas. Eso y más, mucho más es la BARCELONA WORLD RACE.

Y un nombre para hacer justicia, Andor Serra, navegante con galardones deportivos europeos y mundiales, tenaz, capaz de organizar, capaz de inventarse la BWR y como ocurre con los mejores, humilde, trabajador incansable. Él ha sido su creador, organizador y animador con un reducido grupo de personas de variado conocimiento y ocupación. Entre ellas y en medida pequeña, tengo el honor de contarme. Ahora delante de su suspensión, hundimiento cabría decir, ya se lanzan reproches entre quienes realmente tienen toda la culpa de ello.

La BWR se inició en el mandato del alcalde Joan Clos, que amaba el mar y la vela y vio una gran oportunidad para potencial internacionalmente la marca de Barcelona en esta iniciativa. Iniciativa que supuso escasos costes para la ciudad como en los objetivos se concretó desde el inicio ya que este tipo de eventos solo son posibles con grandes inversiones publicitarias de los patrocinadores privados. En el caso de BWR bien gestionada, facilitó imagen a la ciudad como patrimonio inmaterial y oportunidades para múltiples sectores en España y para profesionales diversos

La BWR inicio su declive en el gobierno de Trías y los nacionalistas que sustituyeron a Jordi Hereu quien había confiado y apoyado el evento en 2010. A partir del cambio de gobierno de la ciudad ni el alcalde ni la responsable del consistorio hicieron el mas mínimo esfuerzo por entender algo sobre la BWR. Su actitud sectaria (“esto es cosa de los socialistas”) hizo que el buen equipo rodado durante años abandonase el proyecto harto de luchar por algo que quienes debían beneficiarse de su buena imagen despreciaron.

En 2010 en el congreso paralelo el “Acuerdo Barcelona” que definimos y firmamos, manifestaba preocupación por temas de medio ambiente marino, de estudio en latitudes sur de las rutas de grandes cetáceos (coincidentes con rumbos de pruebas oceánicas) en balizamientos en colaboración con los participantes para estudios marítimos como el calentamiento, etc. Quienes trabajamos en ello y colaborando con el coordinador Víctor Montero, otro gran hombre de mar y de navegación hemos visto años después que algunas de los acuerdos han sido recogidos y gestionadas por comités de Unesco, por ejemplo.

Un dato final, hace años, como uno de los fundadores, creamos la asociación Barcelona fes-te a la mar. Posteriormente de su seno nació el Consorcio El Far (publico y privado) desde allí Andor Serra como director se creó la BWR. Años, materiales, alumnos, conocimiento, rehabilitaciones de barcos, hoy todo en sordina y olvidado, vegeta. Barcelona de espaldas al mar o ignorante que baña su orilla.

Estas líneas no pretenden hacer un catalogo de bondades de la BWR, en 2012 se presentó el estudio Barcelona World Race: La aportación de un evento de alta competición a la imagen de Barcelona. En el estudio que fue encargado por el Ayuntamiento a ESADE se dan buena cantidad de datos para una valoración objetiva y sin mediatización política como ahora de urgencia se hace, cuando seguramente el proyecto ya ha fenecido.

José Luis Vergara

Colaborador en la BWR (Congreso y Estudio de impacto)

Ex­-presidente de Barcelona fes-te a la mar

2018/03/29